
Obviedad es que el dolor es inherente a la vida.
Vivir sintiéndolo puede estresar, deprimir, preocupar y dañar diferentes capas del organismo.
Es decir, ante una fractura de hueso, por ejemplo*, la energía necesaria para reparar daños puede ser muy elevada.
El dolor exige adaptación.
Vivir sintiendo dolor enseña cosas.
Cosas dolorosas y también, cosas interesantes.
El dolor puede mostrar al organismo nuevas maneras de adaptarse a la sensación.
Para controlar dolores físicos disponemos de amplio surtido. farmacológico.
También parece que mejoramos en los fármacos para los dolores del alma.
Y a pesar de este supuesto avance, el dolor no puede sesaparecer del todo.
No sería humano vivir sin dolor.
Aún así, diferentes vías existen para suavizar, aminorar, reducir y calmar el dolor.
Cosas gratis para reducir el dolor.
Cosas humanas y entrenables.
¿Descartas la posibilidad
de la autogestión
para reducir el dolor?
Autogestión que incluye la autosugestión, como proceso lento, entrenable y necesariamente constante.
*Cuando pongo el ejemplo del hueso roto pienso especialmente en una vivencia propia: una fractura de sacro. (De aquí el dibujo del sacro con flores)
Una lesión dolorosa, hiriente, punzante y leeeenta de curar.
Y este, como otros dolores que me han atravesado a lo largo de la vida, también me ha enseñado las posibilidades de la autogestión del sufrimiento.
He entrenado bastante algunas cosas y las explico, por si te sirven.
Sigamos entrenando lo que nos queda.